El Hombre Solar

Materia que Cae vs. Luz que Asciende


1. El Final de la Noche


Tras las aguas del olvido y el fuego de la comprensión, el alma se encuentra desnuda ante sí misma.
Todo lo que la envolvía —nombre, cuerpo, memoria— se disuelve en una claridad sin forma.
El hombre ha recorrido los cuatro elementos:
la tierra que lo formó,
el agua que lo purificó,
el aire que lo hizo pensar,
y el fuego que lo despertó.

Ahora, en el centro de esa rueda,
descubre que no es ninguno de ellos,
sino la conciencia que los contiene.


2. El Hombre Solar


El Hombre Solar es el ser que ha trascendido el reflejo.
No busca en los cielos ni en los templos:
su altar está en el instante presente,
su plegaria es la atención.

No nace del fuego que destruye,
sino del fuego que comprende.
Ha unido dentro de sí los polos de la existencia:
lo masculino y lo femenino,
lo visible y lo invisible,
la sombra y la luz.

Donde antes había lucha, ahora hay comunión.
Donde había deseo, ahora hay voluntad serena.
No combate su ego: lo ilumina.
Y en esa luz, el yo se disuelve como hielo ante el sol.




3. El Nuevo Sol

El Hombre Solar no pertenece al tiempo.
Es la chispa eterna que despierta en el humano cuando éste recuerda su origen.
Camina entre la multitud sin distinguirse,
pero cada paso suyo deja un eco de claridad.

No busca seguidores, busca resonancia.
No predica, vive.
Y en su vivir, transmite sin palabras el misterio de la presencia.

Su amanecer no ilumina ciudades, sino conciencias.
Su revolución no es de espadas ni doctrinas,
sino de comprensión silenciosa.

Allí donde uno despierta,
toda la humanidad da un paso.


4. El Regreso al Centro


El camino del Hombre Solar no lleva hacia los cielos, sino hacia el centro.
En su respiración gira la eternidad.
Comprende que el caos también es orden en movimiento,
y que el fin no es más que un cambio de luz.

El verbo en él vuelve a ser creador:
cada palabra encarna,
cada pensamiento siembra,
cada silencio florece.

Ha trascendido la idea de salvación,
porque ha comprendido que nada hay que salvar
cuando todo se integra en la conciencia.





Prosa poética

Cuando el fuego deja de devorar y comienza a iluminar, nace el sol dentro del hombre. No hay arriba ni abajo, solo centro. En el centro, la vida respira; y en cada respiración, el universo vuelve a nacer. Así renace el hombre solar: no desde el fin del mundo, sino desde el principio de sí mismo.



Epilogo: Dualidad al Filo de la Navaja


La Unidad que nace del corte


Todo ha sido dicho entre contrarios.
Luz y sombra, agua y fuego, espíritu y materia:
cada extremo quiso tener razón,
pero la verdad nunca habitó en los extremos.

El filo de la navaja no es lugar de peligro, sino de precisión.
Caminar por él es aprender a no caer ni a un lado ni al otro,
a no negar la carne ni idolatrar el espíritu.
El equilibrio no es quietud: es atención.
Y la atención, cuando es pura, se vuelve conciencia.

El alma humana ha pasado por todos los reinos:
la piedra que calla,
la planta que siente,
el animal que busca,
el hombre que pregunta.
Pero solo en el hombre que comprende comienza el retorno.
Comprender no es acumular verdades,
es fundir los opuestos en un solo acto de visión.

Allí, donde el pensamiento ya no divide,
nace la verdadera unidad.

El filo corta la ilusión.
Lo que duele no es el corte, sino la resistencia a perder la forma.
El ego teme disolverse, pero en esa disolución el ser respira.
Cada herida es un umbral,
cada caída, un espejo.
Y solo quien rompe su espejo descubre su semilla.

La dualidad no es enemiga: es maestra.
Nos enseña el valor de mirar desde ambos ojos,
de escuchar el silencio y el ruido,
de aceptar la sombra sin amarla,
y la luz sin vanagloriarse.
Solo así el hombre deja de ser víctima del destino
y se convierte en su alquimista.

Dualidad al filo de la navaja no es un camino externo,
sino el instante preciso donde la conciencia decide despertar.
No se trata de creer, sino de recordar.
No se trata de huir, sino de mirar con profundidad hasta que el velo caiga.



Prosa poética Final

El filo corta, pero también une. Quien lo teme, se divide; quien lo cruza, se encuentra. En el límite entre el yo y el todo el hombre deja de buscar y comienza a ver. No hay final, solo tránsito. Y en ese tránsito — invisible, silencioso, eterno— la semilla despierta.

Inspiración y fuente filosófica:


Los capítulos dedicados a La Atlántida,
El Fuego del Renacer y El Hombre Solar nacen como una reinterpretación artística y simbólica de la obra Antropología Gnóstica del Maestro Samael Aun Weor.
No buscan enseñar su doctrina, sino honrar su visión universal sobre la evolución espiritual del ser humano, transformándola en lenguaje poético y reflexivo.
Quien desee leer el texto original, puede descargarlo libremente:



👉 Descargar Antropología Gnóstica (PDF)
Imágenes creadas con IA · Dualidad
“Dualidad: imagen creada desde la resonancia interior.imagen dorada profundo del oceano ”

Dualidad · Resonancia visual

Exploración visual de la dualidad y su frecuencia interna. imagen dorada evocando la atlantida

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“La Atlantida , imagen dorada trayendo recuerdos de un civilizacion perdida ”

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