Quien vive dormido sufre sin comprender, repite sin aprender. Quien despierta asume la causa y la transforma. Sufrir no es pagar; comprender es pagar.

El Maestro Samael enseñó que el derecho a pagar karma se gana con conciencia:
—transmutando la energía creadora,
—muriendo psicológicamente,
—y sirviendo a la humanidad sin esperar recompensa.

El dormido arrastra su karma como cadena, el despierto lo funde en su fuego interior.

No hay deuda que resista a la comprensión.

Quien convierte el error en sabiduría gana el derecho de pagar.

No por castigo, sino por amor a la Ley.

El iniciado no huye del karma: lo asume. Pide al Padre Interno la oportunidad de purificar sus causas y salda con comprensión lo que antes creó con ignorancia. Así, el dolor deja de ser castigo y se vuelve conciencia redentora.

"El dolor consciente limpia; el dolor mecánico esclaviza."
Samael Aun Weor, El Libro de la Vida y la Muerte


Síntesis gnóstica
No se paga el karma por sufrir,
sino por comprender.
Quien gana ese derecho, transforma la Ley en Misericordia,
y el peso del pasado en alas del despertar.